Hay&nbsp;un terror
ancestralque se dibuja como ramasy florcitas en las ramasme entrego a las sombrasde las hojitasque reflejanen rayo perpendicular los visos&nbsp;amarillosson las hojitas tan frágiles Los pies Las mantasLos bigotes Sobre los zapatos La sombrade la huella que fueahuecapantano:aguasobre lodo. Palabrasininteligiblesintentan denunciar algo Palabrasexcepcionalessalen del te negro Palabras que se vienen encimaque son abejas y panalesque son la vid Palabras que tergiversan el modo
































































El agua ya está hervida.

Ya está por hervir el agua y me da vergúenza

El reverso del río

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De noche cavo las fosas
en las que caeré a la mañana siguiente.
 Durante el día creo que camino
sin embargo ennegrezco un idéntico contorno.
 Desde niña recorro la historia de otros
me he adecuado a la norma
al orden impuesto.
 He obedecido la voz del padre
que fue Dios y Estado. 
Hoy&nbsp; me pregunto si es posible zafar.
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Heme aquí, pesando la fruta de personas que se sienten siempre más que yo. Heme aquí, viajando casi dos horas de madrugada para llegar a este otro lado de la ciudad donde la fruta es más cara y las personas, máscaras leves bajo una luz pálida.
Cuando salgo empieza a caer el día y llego a mi casa de noche con los brazos cansados de pesar lo que nunca es ecuánime.
Duermo.
(Fragmento de la novela en proceso Winner)

Existere

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La marca de las sábanas en la piel, el vuelo de un dragón en mi vientre, la repetición de un idéntico contorno, escúchanos señor te rogamos, ¿el lunar elegido?, nada al azar y el dragón ¡taladrado! por mi padre, antes incluso de mi nacimiento, y por su padre recursivamente en mi vientre, el animal y el sueño elegidos por él, al levantarme rápido esta mañana para salir a la calle. Escúchanos señor te rogamos, se repite el eco de la petición de infancia cuando hace frío y la ciudad saturada y oscura comienza a funcionar porque es eficiente y rentable que así sea. &nbsp;
(Fragmento de la novela en proceso El Winner)

Existere II

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A los catorce vuelta loca en un continuo sueño, entre el descubrimiento y luego la obsesión por el orgasmo, me arrastraba mojada y ausente de la casa al colegio. Llenaba el chat con hombres deseosos de verme en acción. Los preparaba toda la semana para el domingo. Sólo tipos mayores y que me mostraran ellos también. Nunca totalmente desnuda, las pechugas sí, pero los calzones puestos, a veces por arriba llegaban mis manos en resbalín por los labios lento hacia atrás encantada cuando a ellos también les subía al vientre, y sus caras dislocadas, enloqueciendo con el asunto del escupo. Conectados, botaban su leche en un efecto cadena y todos la mandaban a la cámara: caliente la sentía en mi boca. 

(Fragmento de la novela en proceso Winner)

Por el camino de Sine o sin camino

El misterio de la hierática dualidad
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Un solo animal blanco fluorescente, varios pies y manos que se agitan en el movimiento prístino: son dos animales distintos. Una que se abre en el estrago hacia el vacío, y otro que penetra completo y se pierde.
El animal blanquecino es Sofía y Ernesto desde un rincón de Espacio G, se mueven sobre una manta que Ernesto instaló en la fría baldosa.
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(Fragmento de El Winner)

Blanquecino

<blockquote>Cuando salgo a la oscura mañana cruzo la calle y se me hace más larga y oscura que ayer y antes de ayer hasta que por fin llego al paradero y pienso en los vecinos que viven más para adentro y tienen que caminar como 25 minutos para llegar a la parada Es un frío intenso que hiela por dentro al respirar y por fuera es bofetada que despabila dejando atrás cualquier vestigio del sueño por el que navegaba hace 20 minutos Espero sentada en el gélido metal que un genio egoísta diseñó desde su cómoda oficina calefaccionada ahorró primero unos cuantos dólares luego al masificarlo unos cuantos millones Así es como le dio el palo al gato y el palo a mi espalda y a las espaldas de los que viven más para adentro.

(Fragmento de Winner)
</blockquote>

Mañana

Llegan a mis manos tus papelitos escritos en la desesperación del encierro.

ella

<h2> Al cuerpo
no lo quieren carne son los
padres de la iglesia así
también las madres y sus
engendros</h2><h2> una y
otra vez</h2><h2> atrapados en la
piel que
atormenta</h2><h2> y en
medio del desierto</h2><h2> Yo</h2><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><h2> </h2></blockquote></blockquote><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><h2>chupada de coronta</h2></blockquote></blockquote><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><blockquote style="margin: 0 0 0 40px; border: none; padding: 0px;"><h2>escupida semilla</h2></blockquote></blockquote></blockquote></blockquote><h2>en la
tierra yerma.</h2>